domingo, 17 de septiembre de 2017

El tiempo 1 (Rev 0)

De acuerdo al comentario del libro que estoy leyendo [1], entiendo que la definición de San Agustín sobre el tiempo es algo así como que el tiempo es "inexistente".

Claro, porque si el pasado ya no es y el futuro, no lo es aún, lo que queda es el presente, pero si el presente es (escuchado de otra fuente) la "delgada frontera entre futuro y pasado", no tendría duración (el futuro se convierte en pasado a medida que pasa, en un abrir y cerrar de ojos y, así, el tiempo, se escurre entre los dedos, sin "ser").

Esa definición me suena muy "científica", fría (como dicen los libros de física, en condiciones ideales de presión y temperatura, sin rozamiento, etc) y, por lo tanto, desconectada de otras variables que le pertenecen de manera esencial, tal que, en esa desconexión, pierde su naturaleza (es como si quisiéramos analizar a nuestro ser amado, desde un punto de vista anatómico y lo convertiéramos, de esa forma, en un conjunto de tejidos, humores (líquidos), pelos y otras cosas asquerosas :-)

Y ¿cuál es la forma de saber que ese análisis no es verdadero? Que si agarro el mismo peso en huesos y tejidos, etc., no llego a un clon de mi ser amado; simplemente porque.. es más que eso.

Me parece que algo parecido pasa en ese análisis del tiempo.

El mismo San Agustín dice algo que, me parece, ayudaría a una definición más completa (real).
Pero me atrevo a decir que sé con certidumbre que si "ninguna cosa" pasara, no hubiera tiempo pasado; que si ninguna sobreviniera de nuevo, no habría tiempo futuro, y si ninguna cosa existiera, no habría tiempo presente
Aquí leo un reconocimiento a que el tiempo tiene una ligazón profunda con "las cosas que pasan".

Y acá es donde quisiera decir que me parece que una definición del tiempo, quizás menos pura filosóficamente, pero más real, debiera incluir esas "cosas que pasan".

Cabe hace una salvedad también y es que, lo que voy a decir ahora, está centrado en el hombre; tal vez la principal diferencia en lo que quiero decir es que los filósofos desean llegar a una definición abstracta y general, mientras que lo mío se circunscribe a la experiencia humana.

Decimos nuestra edad con la fórmula "tengo x años"; y hay quien observa "no, esos años que decís, ya fueron, ya no los "tenés", los que "tenés" son los que te restan vivir"; asemejando los años al dinero en la billetera, "tenés" lo que aún no gastaste.

A mí me parece que no es así, porque mi presente no puede "ser" sin mi pasado (estemos a gusto o no, con él), "soy" un producto de ese pasado que fue acumulando experiencias, cicatrices físicas y emocionales, arrugas, traumas, cultural, la música que voy canturreando por la calle, en síntesis, todo lo que soy. Y lo que son los demás, y el mundo entero (incluyendo la geografía, con los cañones donde hubo ríos y las montañas que fueron volcanes, etc).

Así, el tiempo se parecería más a un camino, donde un punto del mismo se define a partir de la distancia al origen (y a la distancia al objetivo también) o, más exactamente, a partir de todos los puntos que lo preceden desde el origen. Si no definimos así a ese punto, estamos dando unas coordenadas frías de un punto en el espacio, pero ya no es parte de un camino.

Y con el futuro pasa algo parecido, el pasado me da el lugar y el futuro me da la dirección en ese camino, hacia adonde voy (parte decidiré yo, parte no, ese es otro tema).

Según esa definición, el pasado no "fue"; el pasado está ahí, "es", lo recuerde o no. Y el futuro también "es" en la medida que influye, define mi presente, toda vez que le da una dirección, un sentido (en todo el significado de la palabra).

(Quizás sea esa, en el fondo, la discusión, qué entendemos por ser y existir; San Agustín dice el pasado ya no es y yo (humildemente) quiero decir que el pasado sí es)

Una vez le pedí a un rabino una definición del tiempo, y me dijo que era la "expansión (desenvolvimiento, desarrollo) de la creación (o sea, del propósito de Di-s)"

Me gusta esa definición.

Y creo que contiene lo que yo digo, porque ese desenvolvimiento, es acumulativo.

Es más, creo que ir por ese camino de incluir el pasado, y el futuro, en la definición del tiempo, como actores protagónicos (existentes hoy), nos acerca "algo" a ese concepto tan sobrehumano (al que la matemática relativista puede aproximarse, pero la intuición humana no) de que haya "algo" (Di-s, por ej) que esté por "fuera" del tiempo y que, desde su punto de vista, el tiempo esté todo ahí, y pueda ser visto todo junto (donde la misma palabra "todo junto" nos habla de espacio o de tiempo, la cárcel de 4 dimensiones de la mente humana).

Givat Zeev, Israel, 17-Set-2017

NOTAS:
[1] "Principios de filosofía - Una introducción a su problemática" de Adolfo P. Carpio

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