viernes, 17 de agosto de 2012

Rab Desssler dice... Lo esencial (interior) y lo superficial - La generación de lo artificial [1] - (Rev 0)

El primer maamar de esta serie, habla de un tema que también es difícil de traducir: lishmá y lo lishmá....

lishmá, se suele traducir como hacer algo con una intención verdadera, genuina, legítima (en alguna literatura se puede ver como "en aras del cielo"); en cualquier caso, la intención es lo contrario a hacer algo por un interés propio (tal como sería lo lishmá), algún tipo de rédito personal.

Podríamos traducir esas expresiones como:
  • lishmá: auténtico, genuino
  • lo lishmá: no auténtico, artificial 
Dice el Rab:
"Que siempre se ocupe la persona en Torá y mitzvot (preceptos), aunque sea de modo no auténtico (artificial), porque a través [2] de lo artificial, se llega a lo auténtico (genuino)" (Talmud Babilónico, Volumen Pesajim 50b).
"Que siempre se ocupe" ese es el camino "normal"; todos los buenos actos necesitan comenzar en forma no auténtica (artificial) y, desde ahí, ascender a lo auténtico (genuino)

Dos categorías de "no auténtico"
Pero hay dos categorías de "artificial": hay un {modo, camino} artificial en el estudio de la Torá y las mitzvot, en el que la persona desea cumplir con ellas {con el estudio y los preceptos}, con un deseo interior profundo y con una intención pura; sólo que su iétzer {su mala inclinación} le pone obstáculos en su camino, que lo molestan y le impiden que esa aspiración {real, íntima} se concrete en la práctica. Para ello, utiliza la persona un modo artificial, sólo para librarse de dichas molestias.
Podríamos dar el siguiente ejemplo... se le pide a un niño (todos somos niños en la lucha contra el iétzer) que ordene su habitación.
Es algo normal en cualquier persona que disfrute de ver algo ordenado... sin embargo... da pereza encarar esa actividad... así que el niño da vueltas y más vueltas, y se distrae con una cosa y posterga y posterga.
En un momento, la madre ve que no hay mucho éxito en la tarea, así que le promete una recompensa para cuando haya terminado. En ese instante el niño se lanza a la tarea con entusiasmo y, cuando termina, obtiene el "pago" prometido.

Alguno va a criticar ese método diciendo que no desarrolla en el niño el sentido de la obligación y la responsabilidad, desde que se le refuerzan sus impulsos egoístas, y luego, no querrá hacer nada por lo que no obtenga un pago directo.

Yo escuché de gente que sabe de educación, que no es tan así... (como dice la crítica).

Es cierto que es un método para ser usado con mucha moderación para que no resulte dañino; pero también es cierto que, si bien, se puede decir que lo que decidió al niño a realizar la tarea solicitada fue la expectativa de la recompensa, no es menos cierto que, una vez que la tarea esté concluida y él la contemple... también disfrutará de la misma y sentirá una satisfacción interna de haberla realizada.

Es parte del proceso de maduración que, para cuando crezca, ese placer interno, sustituya al dulce que le daba su madre cuando era pequeño.

Aplicando el ejemplo a lo que dice el Rab, vemos que el niño, sí tiene un deseo de cumplir con el pedido de su madre, de realizar un trabajo (lo cual es importante en sí mismo) y, también, de paladear el orgullo de contemplar el resultado de su tarea... sólo que el iétzer lo vence...

Es en ese instante, el valor agregado de una pequeña recompensa, se suma al deseo interno correcto del niño y logra inclinar la balanza.

{sin embargo} explica el Rab [3] Simja Zisel de Kelm [4], bendita sea su memoria, que no todo {modo, camino} artificial conduce a lo auténtico. ¿Qué {modo} no auténtico debe utilizar la persona? Aquel {modo} artificial que lo conduzca a lo genuino {como dice en el Talmud citado al comienzo}. Y ¿cuándo es ésto? Cuando ese modo artificial {que la persona utiliza} contiene una partícula (un punto) de autenticidad.
Hay también, un {modo, camino} artificial malo, y es aquel en el cual las mitzvot de la persona giran, solamente, alrededor de aspiraciones de este mundo, u otros beneficios o satisfacciones que espera obtener y que llenan todo su corazón, y sólo exteriormente se ve "como si" {esta persona} sirviese a H'. Y es ésto una representación teatral "como si" fuera verdadero...., "como si" fuera realidad... y queda sólo una pantomima {farsa, parodia}, pero a la realidad verdadera... no llegará.
Pongamos el ejemplo de alguien que da dinero a un pobre, solamente, porque hay un tercero mirando, a quien este "dadivoso" quiere caer en gracia y que se forme una imagen de buena persona.

A partir de aquí podría alguien pensar... "sí... la verdad... actuar así.. con hipocresía para mí mismo y para con los demás" no es correcto...

A eso contesta el Rab:
Ciertamente, de seguro, no tenemos derecho de hacernos exentos {liberarnos} del cumplimiento de Torá y mitzvot, de ningún modo. Es obvio que eso es una sugerencia del iétzer hará {la mala inclinación}, que nos aconseja dejar hasta la mitzvá más simple y fácil, por causa de que la intención al realizarla no es genuina.
En nuestra cultura hay, como con muchos conceptos importantes, una gran confusión en este punto. Hay un lugar común que dice "lo que vale es la intención" y ésto, se piensa que alcanza también una situación en que no se realizó la acción correcta (y no es así).

"Me enteré que estabas enfermo y pensé en llamarte..."
Bien... tuviste un lindo pensamiento, pero... nada más...

O que la acción, si no tiene la intención correcta, no sirve:

"no... si vas a poner esa cara... mejor, no le des nada..."
Tampoco es así.

El Rab nos explica:
Por otra parte, también cuando una mitzvá se cumple en forma no auténtica, la mitzvá está hecha.
Solo que... ¿cuál es su valor? Si la mitzvá fue hecha de la manera no auténtica "mala", que vimos antes, el valor que tiene, frente a una mitzvá auténtica, es el valor "como si"
O sea que hay 3 niveles:
- no realización de la mitzvá
- realización sin intención correcta y pura
- realización con intención correcta y pura

La situación de nuestra generación [5]
Nuestra generación es, con seguridad, la generación de "los talones del Mesías" [6], sobre la cual, dijeron nuestros sabios de bendita memoria (en la última Mishná del Volumen Sotá del Talmud Babilónico): "Y la verdad estará oculta".
Nuestra generación es una generación frívola, apegada a lo superficial, sin contenido esencial (interior); una generación en la cual todos los beneficios son artificiales, una generación cuyo mundo es una parodia (representación teatral) y todos sus actos son actuaciones; una generación en la cual todos sus pensamientos son pura imaginación, y carece de comprensión de la realidad verdadera.
En una generación como ésta, todo el mundo, es un gran manicomio en el que todos viven absortos y apegados a sus fantasías.
Y ¿quienes son los médicos de este manicomio tan terrible? ¡¡Los mismos locos!! Ellos... con su razón en tinieblas, su entendimiento confundido y el entorno repleto de locura...
¿Acaso se les dice a los locos "vayan y cúrense a Uds. mismos"?
¡Qué situación terrible!
Sólo podemos escudriñar la partícula (el punto) de verdad, la chispa de deseo esencial (interno) que existe en el corazón de todo judío, y la encontraremos, con la ayuda de H', si nos fortalecemos con toda nuestra fuerza
Desde Giv'at Ze'ev, Israel - 17-Ago-2012
NOTAS:
[1] Para una discusión de la traducción, ver la introducción a este maamar
[2] En el original dice "mitoj" cuya traducción correcta sería "dentro", o "desde adentro"; lo traduje según entiendo la intención
[3] El Rab utiliza el apelativo Gaón que significa algo así como grande en sabiduría
[4] La ciudad de Kelm se encuentra en Lituania y fue lugar de gran esplendor de Torá en su época
[5] La generación a la que se refiere Rab Dessler data de + de 70 años atrás
[6] "ikveta deMeshija" es una expresión en arameo que se utiliza para la último lapso de tiempo, antes de la venida del Mesías.

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