viernes, 13 de julio de 2012

Rab Dessler dice... Mabat haEmet - Ver la verdad - La raíz del Musar (~ética) - 3ra parte (Rev 0)

Y cuánto es la medida de soborno que cierra los ojos de los sabios?
Es interesante que, siempre que en la Torá hay un din (una definición legal sobre algo [1]), la siguiente pregunta, es sobre su medida de aplicabilidad, es decir, cuanto de la cosa tiene que haber, para que entre (para que se vea alcanzado) dentro del din que se acaba de definir [2]
{en este caso} Inclusive lo mínimo de lo mínimo ya desvía, y mucho, el pensamiento (el razonamiento) de los sabios. Nuestros sabios de bendita memoria, ante quien estaban reveladas todas las profundidades de las fuerzas bajas del espíritu [6], sabían hasta donde llega ésto.
La Guemará (Talmud) narra en masejet (el volumen) Ktubot (105b) sobre Rabí Ishmael, hijo de Rabí Iosi, que tenía un aris [3] en su campo, el cual, todos los viernes, le traía, a la ciudad, el porcentaje de frutas que le correspondía, en función del arreglo entre ellos [3].
Una vez, se suscitó un conflicto entre este aris y otra persona, de manera que el aris tuvo que ir a la ciudad, un jueves, para su litigio en el tribunal [4], por lo cual, aprovechó, y llevó las frutas de Rabí Ishmael (el dueño del campo), ese dia, para no tener que volver a la ciudad al dia siguiente.
Ahora bien, Rabí Ishmael era juez en esa ciudad y, cuando recibió las frutas, sospechó de sí mismo, que la sorpresa y la alegría {pequeñas por cierto} de recibir las frutas un dia antes de lo usual, le produjeran “efecto soborno” {de inclinar su corazón hacia Rabí Iosi} y, por lo tanto, se negó a recibir las frutas.
Igualmente (y a pesar de no haber aceptado las frutas), su sospecha no se aplacó y le dijo “me inhabilitaste para tu juicio” y lo envió a otro tribunal.
Al momento del juicio, deambulaba Rabí Ishmael fuera del tribunal {(donde se llevaba a cabo el juicio de su aris)} y escuchaba los argumentos de las partes... en ese momento, sintió cómo su corazón se inclinaba hacia su aris.. y venían a su mente argumentos en su beneficio [5], y pensaba “ojalá dijera tal y cual cosa y gana”.

Se contempló a sí mismo y encontró que por aquellas frutas, le estaba pasando ésto.
Acá quiero hacer un comentario, porque cuando estudié ésto, me surgió una pregunta... “¿qué tienen que ver las frutas? Mucho antes de las frutas, ya había una relación entre estas dos personas; se conocían, y si el caso es que no había ninguna relación con el otro litigante, es fácil suponer que iba a sentir cierta simpatía hacia este!!”.

Le pregunté al Rab Iehuda P. esta pregunta y me dijo que, si bien puede haber un poco de lugar a la misma, todo lo que en la relación tiene contrapartida, no se llama soborno. 

Es decir, es verdad que se conocían, y que el aris le traía frutas todos los viernes, pero eso era a cambio de algo que Rabí Ishmael también le daba, que era: cederle su campo para que lo explote... con ganancia...

O sea que si yo recibo algo, en pago de otra cosa que doy... no se llama soborno y, consecuentemente, no me genera ninguna obligatoriedad (inclinación del pensamiento) hacia esa otra persona.

En este caso, el hecho (ínfimo) de que adelantara las frutas un dia, era algo que excedía el arreglo y este "agregado" es lo que constituye el soborno.

Tal vez sea pertinente destacar que, dentro de todas las condiciones y leyes que rodean la conducta de un juez, estas sospechas tan mínimas (hasta donde yo sé), no están prohibidas; vale decir, en una situación como la de esta historia, la ley no declara incompetente al juez (siempre nos referimos a la ley de la Torá).

Sólo nuestros sabios, tenían la sensibilidad para detectar, con absoluta exactitud, que el fiel de la balanza de su razonamiento, quedaba sutilmente desplazado y, con eso, ellos mismos se abstenían de intervenir en una decisión jurídica.
Cuando Rabí Ishmael vió ésto, se sobresaltó [7] y aprendió de esta situación, un misterio de las fuerzas bajas del espíritu [13] y dijo “qué terrible la suerte de los que reciben soborno [8] !! Si yo que no tomé las frutas, y que si las hubiera tomado, {no era un regalo, sino que} eran mías, me pasó ésto {de que algo tan ínfimo me inclinara el corazón}, cuánto más, los que reciben soborno {real}!!”
Y ahora pensemos (dice Rab Dessler), el Tana [9] Rabí Ishmael hijo de Rabí Iosi, bendito y santo [10], que conocía y sospechaba tanto, de los intereses [11] más sutiles {que pueden desviar el pensamiento [12]}, que rechazó tomar frutas que le correspondían, porque le llegaban con un día de diferencia, y no participó en el juicio, y luego de todo ésto, se dio cuenta de que {su pensamiento} estaba inclinado hacia el derecho del aris, por motivo de este interés absolutamente ínfimo. Si es así con los "cedros del Líbano" {figura poética del Rab en cuanto a la estatura y belleza de estos sabios}, cuanto más con nosotros, "musgos de las paredes", puede el soborno {inclusive, el} más pequeño, sabotear todo nuestra estructura de razonamiento.
Ésto también requiere aclaración, porque me suscitó otra pregunta. "Esos sabios de tanta altura espiritual, que tenían un nivel de autoconocimiento tan profundo y podían detectar la más mínima influencia en su pensamiento, no puede utilizarse su ejemplo para una comparación con nosotros, dado que, en nuestros dias, el nivel de saturación de nuestro sistema de percepción, hace que sea imposible sentir esas desviaciones tan pequeñas (del mismo modo que no podemos escuchar el llanto de un bebé a 5 m nuestro, caminando por el centro de una gran ciudad...)"

En otras palabras, el párrafo parece decir que si a esos sabios, gigantes en su sabiduría, detalles mínimos les afectaban.. cuanto más a nosotros... y para mí era exactamente al revés, desde que nosotros no tenemos sensibilidad para esos detalles mínimos.

El Rab Iehuda P. me explicó que, no todos los maamarim de Rab Dessler son directos de su pluma, con lo cual no se puede ser muy estricto en el análisis de cada palabra, y que la forma correcta de entender el último párrafo de esta parte del maamar, es que, a nosotros, lo que nos pasa, y mucho más que a los sabios de antaño, es que nos afectan cada detalle y detalle, en forma de soborno, y que no nos damos cuenta...

Y a eso se refiere el Rab Dessler cuando dice que se sabotea toda nuestra estructura de razonamiento... no es sólo porque el soborno distorsiona el pensamiento (lo cual en sí mismo, ya es grave), sino que.. no nos damos cuenta...

Desde Giv'at Ze'ev - Irushalaim Jul-2012 

NOTAS:
[1] La traducción más común es “juicio” pero, en un sentido más amplio, se refiere al carácter legal de algo. Así, preguntamos sobre una comida (o sobre una actitud, ya sea comercial o en otros tipos de relacionamiento entre dos personas) “qué din tiene ésto? Prohibido o permitido?
[2] Por ejemplo: Iom Kipur (comunmente llamado “el dia del perdón”) es un dia de ayuno, consecuentemente está prohibido comer, y la Torá prevée cierta consecuencia a quien infringe esa ley. Pero también se define “qué se llama que comió” o “cuanto tiene que comer para que se considere que violó esa prohibición”.
Justo en este caso, la medida es... que no hay medida... en otras palabras, inclusive lo mínimo de lo mínimo
[3] En algunos lugares se le dice “contratista” a esta relación; se trata de que una persona trabaja el campo de otra y, en lugar de pagarle un importe fijo de alquiler (renta), le da un porcentaje del resultado de su labor, ya sean frutos o animales.
[4] Todo tipo de conflicto, en que no había un acuerdo entre los mismos involucrados, se resolvía (y así se debe seguir haciendo entre los judíos) en un tribunal rabínico. En los tiempos antiguos, se estilaba que los tribunales sesionaban los lunes y jueves, que son los dias que se lee la Torá en los servicios religiosos; consecuentemente, la mayor parte de la gente de los campos, acudía a las ciudades esos dias, y se aprovechaba para resolver conflictos, anunciar todo tipo de anuncios (por ej. el hallazgo de cosas
extraviadas), etc
[5] en el original dice “puertas de mérito”.. es una expresión que refleja que la persona encuentra una puerta por donde “salir” del lugar en que se encuentra
[6] En el original dice "cojot hanefesh"; una traducción más literal sería fuerzas espirituales, pero, en español, ésto suele tener una connotación positiva, y aquí se habla del "nefesh" que es la parte más baja del alma, la que se asocia con la vida en un estado más básico, la que anima al cuerpo para sus funciones vitales; es el tipo de "alma" que tienen los animales, por ejemplo. Hay quien dice que Adam haRishon, el primer hombre creado por H', tenía este nivel espiritual, al punto de que tenía la capacidad de moverse, y las funciones de "vida" que puede tener un animal, pero luego, H' insufla en él otro nivel espiritual, lo que en hebreo se conoce como "neshamá".
Quiero terminar este comentario acá, porque no conozco bien el tema, pero antes, me parece importante decir que en el libro "Tania" (Rab Shneur Zalman de Liadí o Alter Rebe, fundador del jasidismo Jabad), se explica que, en la persona, hay dos nefashot, uno de origen animal y otro de origen divino... con todas las consecuencias que eso trae. Es muy interesante ese concepto, porque no es que estoy yo por un lado con un angelito en un hombro y un diablito en el otro susurrándome a cada oído lo que cada uno quiere que haga, como se suele graficar, en broma, el instinto del mal o el bien (en sus distintas denominaciones); sino que, cada uno, es un nefesh completo, que puede tomar total control del cuerpo, ya que tiene todas las funciones para hacerlo... y así también, el otro nefesh.
[7] En el original dice que “se despertó mucho”
[8] En el original dice algo así como que "se derramen sus almas"... no sé bien traducirlo...
[11] Ver el tema del "interés" en la 1era parte de este mismo maamar
[12]  Ver el tema del "daat" en la 1era parte de este mismo maamar

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